Los Peluches


Pluto y Gara son mis dos amores. Tengo más amores, pero en el tiempo que llevan conmigo sólo ellos me han demostrado un amor sincero, fiel y sin condiciones. 

Antes de la llegada de mis peluches yo a penas hacía deporte, los días de lluvia o de frío los pasaba en casa, y las horas muertas de los días en que trabajo de tarde, de noche o que libro entre semana, eran horas perdidas delante de la caja tonta. Puede parecer una tontería, pero era así, cuando tus horarios van al contrario que el resto del planeta, la vida social se vuelve complicada y te haces un poquito más vago. 

El principio fue duro, no es fácil que te obliguen a salir al menos dos veces al día a la calle aunque haga frío, no es fácil empezar a hacer deporte y acostumbrarte a correr dos o tres veces en semana, no es fácil emplear tiempo en educarlos y enseñarles lo que está bien o mal - pierdes muchos zapatos en el camino, siempre uno de cada par- pero vale la pena. 

No hay alegría más grande para mi, que verlos entrar en la habitación con esa vitalidad que les sobra cada mañana, con esa ilusión de que les acaricies, que les saques a la calle o les des una golosina. El mundo sería tan perfecto si nosotros fuéramos felices con tan poco...

Mis dos amores, mis dos fuentes de energía, eso son ellos y aquí te lo cuento...


Y ahora...ha aparecido WiFi un pequeñin que se ha adaptado a nosotros genial y es tan alegre como mimoso. Sus historias también nos harán sonreír y soñar, estoy segura. 

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